¿Sabes lo que me pregunté hoy? Porque no hay pastillas, ni cremas, ni masajes para ser mejor persona, para saber perdona; porque no hay una liposucción para sacar el rencor, el orgullo y el dolor que tiene todo el mundo; porque no hay un implante de conciencia de compasión, de perdón; porque no hay una cirugía para cambiar tanta infidelidad por amor, tanto libertinaje, tanta confusión.